sábado, 27 de junio de 2009

92-29


¿Como puede haber tanta diferencia en solo dos generaciones?

Nuestros abuelos luchaban hasta el final, aguantaban carros y carretas por no perder algo en lo que un día creyeron… Han aguantado pobreza, guerras, post-guerras, más pobreza, situaciones e historias que pondrían los pelos de punta a cualquiera.

Hoy en día, nosotros, sus nietos, sin haber sufrido tanta penuria nos rendimos ante casi cualquier adversidad.

Una abuela de 92 años lucha ahora mismo por su vida, con un único arma, un corazón de acero. Todo lo demás se ha perdido, se ha dañado o directamente no funciona. Ese corazón de acero lucha solo contra todo, no se da cuenta que tiene la batalla perdida, pero sigue luchando… Cada día que pasa está más debilitado, pero lucha. Se apagará (es Ley de vida) pero nadie podrá decir que no luchó hasta el último segundo… mi anónima Heroína

Mientras un nieto de 29 no ve salida a ningún problema, se siente agotado, perdido, vacío, incapaz de aportar nada a nadie y que cada vez se nota más lejos de todos, puedes estar a un palmo de alguien y notar como la otra persona está a kilómetros de allí. No quiere seguir ni luchar, está arto de ver como destruye todo lo que toca, todo lo que quiere acaba apestado.

La gente se pregunta como puede alguien no querer vivir, pero no se preguntan ellos mismos:

¿Te quedas en algún sitio que no quieres estar?, ¿Te rodeas de gente que no te gusta?, ¿Acaso no cierras un libro cuando no quieres leer más…?

Esa es la verdad, pura y dura, hay gente que no quiere vivir, no le gusta, así de simple. Están cansados de sentirse en el fondo de un pozo con paredes de barro por las que no puedes trepar porque resbalas, y cuando te apoyas en alguna zona que parece solida acaba hundida o disuelta…

92-29, como resultado en un partido de baloncesto es una paliza, se notaría quién sabe y quién no. En este caso “generacional” significa exactamente lo mismo.

Cuanto deberíamos aprender de nuestros abuelos, y cuanto se malogra la sangre en solo dos generaciones.

2 comentarios:

Moonlight y Paula dijo...

¿Cómo es posible que nos empeñemos en meternos en un pequeño agujerito negro y no ver nada más que esa oscuridad que nos rodea?
Esa anónima heroína luchará todo lo que pueda por seguir al lado de la gente a la que quiere, de eso estoy segura. Pero, llegará ese día en el que pierda y su corazón no quiera seguir latiendo, aunque seguirá estando en muchos corazones.
Cada uno es libre de hacer o no lo que desee con su vida pero esa persona tal vez no entienda que:
Puede que te quedes en un lugar en donde no quieres estar por estar al lado de alguien que sí quiere.
Puedes rodearte de gente que no te guste pero que lo hagas porque te lo pida alguien con quien sí quieras estar.
Puedes volver a abrir ese libro que no quieres leer más por simple curiosidad o por saber si estabas equivocad@ al juzgar ese libro sin antes terminarlo.
Hay personas que darían su vida por seguir viviendo y otras que la darían por morir....

Debemos de intentar salir de ese pozo porque tenemos tooooda una vida por delante, para meternos en más pozos, para disfrutar de un día normal y corriente, para oler los ramilletes de flores de la calle larios o ver como llueve desde la ventana de la habitación.

IXABOE dijo...

A veces no vemos lo que nos rodea, por que no queremos hacerlo, preferimos imaginar que observar... A veces no descolgamos el teléfono, por que no queremos oir... A veces no sonreimos, por que no queremos vivir...
Pero esos instantes que dejamos perder, que evitamos, que dejamos pasar, no volverán nunca...
Es fácil no querer ver, oir, sentir... lo difícil es ver, oir, observar, amar y sufrir, comprender...
Aunque ya no la quieras, mi mano seguirá ahí, como cada amanecer, como cada día pasado y cada día futuro...
Lamento tu pérdida, de corazón.
Recuerda que cada día es un nuevo amanecer y con él, llega una nueva oportunidad para ser, para sentir, para evolucionar y seguir luchando... por la vida, por tu vida.