Si en algún momento ves que ya no estoy
no te preguntes hacia donde voy,
solo celebra que he llevado a cabo mi huida
y que al fin llegó la hora de mi partida.
Si en algún instante notas que me he ido
piensa que quizás yo si he elegido,
y que al sentir que soy tan reemplazable
me giro y me aparto para que otra voz te hable.
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